Venta de perros: la ilegalidad en el Mercado El Guarda
- Yolanda Tórtola
- 30 sept 2022
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 18 oct 2022
Por Yolanda Tórtola y Marlen Mis
En el Mercado El Guarda, ubicado en la Avenida Bolívar y la zona 11 de Mixco, vendedores comercian perros y los mantienen bajo condiciones precarias, lo que contradice a la Ley del Bienestar Animal.
Según Jorge Mario García Rodríguez, director de la Unidad de Bienestar Animal de la Municipalidad de Guatemala, El Guarda no cumple con los estatutos necesarios para la venta de caninos porque daña su salud. García ha revelado casos de maltrato animal, que los vendedores justifican con la necesidad de ganarse la vida.
El bienestar animal
El estado físico y mental de un animal con relación en las condiciones en las que vive y muere define el bienestar animal, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).
En 2017 se aprobó la Ley de Bienestar Animal, que vela por los derechos de los animales en el país. Esta busca cumplir con las cinco libertades para animales mundialmente reconocidas:
Vivir libre de hambre, sed y desnutrición.
Libertad de angustia y temor.
Un hábitat libre de molestias físicas, térmicas e incomodidad.
Libertad de dolor, lesión y enfermedad
Poder manifestar sus comportamientos naturales
Al visitar el mercado se verificó que no se cumplen con los estatutos mencionados. Los perros están en un área techada y las ventas está a la par de los puestos de pescado, lo que genera un olor potente que se mezcla con el de los animales.
Respecto a lo anterior, la veterinaria Maricruz Villatoro explicó que dicho alimento atrae moscas. “Estas se paran en las heces y demás sitios infectados. Pueden viajar de la zona de los caninos a la del pescado y contaminar. Es un riesgo tanto para la salud animal como la de los humanos que comerán dicho alimento”, indicó.
Los caninos están en jaulas oxidadas que no poseen espacio suficiente para su movimiento. El 13 de septiembre (día en el que se visitó el mercado) en un puesto hubo veinte perros encerrados en cinco jaulas. Estos compartían su ámbito con otras razas y animales como gatos o conejos. Villatoro mencionó que esto aumenta la posibilidad de contagiarse de parásitos.
“Están mezclados y si no les proveen alimentación adecuada, incluso pueden comer heces fecales revueltas”, añadió y explicó que se da un cruce de parásitos entre los animales que habitan una jaula y por eso mueren en casa de los dueños.
Cuando se platicó con los vendedores, estos no quisieron dar mayor información sobre sus negocios y evitaron a toda cosa las entrevistas. Tampoco permitieron la toma de fotos a los perros en jaula, solo si ellos los sacan de allí y los cargan con sus brazos para mostrarlos.
Incluso en el segundo punto de venta, las jaulas tienen carteles con colores fluorescentes pegados en los que se lee “no tomar fotos” y “prohibidas las fotografías a perros en jaula”.
Comercian distintas razas de caninos, como cockers, boxers, prince y french puddles mini toy; labradores y pitbulls. Los precios varían según el tipo de perro; por ejemplo, un bóxer cuesta Q900 y un french Q375. El mercado lo atienden a partir de las nueve de la mañana.
Los vendedores corrompen la ley
En la siguiente tabla se muestran los artículos de la Ley de Bienestar Animal que son violados por los vendedores de perros en el mercado mencionado:

Al cuestionarles a los vendedores si los cachorros estaban vacunados, respondieron que sí. Sin embargo, no mostraron alguna constancia y se negaron a dar detalles. La unidad no posee ningún veterinario, que es obligatorio según el Artículo 31 de la ley presentada.
Los comerciantes tampoco poseen permiso legal para vender perros y se rehúsan a revelar de dónde los obtienen. “Muchos de ellos vienen de la calle o son criados pero alejados de su madre a temprana edad. Se sabe por sus condiciones físicas y las enfermedades que presentan”, indicó la veterinaria.
Jorge García, junto con sus compañeros de trabajo y con ley en mano, ha decomisado perros maltratados en las ventas del mercado. Esto para llevarlos al Albergue Municipal para una revisión médica y encontrarles hogar. De ellos, sobresalen tres casos.
Orejas: la segunda decomisada
García compartió que es una hembra a la que describe como una perrita inquieta, dulce y juguetona. Fue rescatada a finales de marzo tras observar en su semblante que fue víctima de maltrato animal en el mercado. Presentó moquillo, que es un virus que ocasiona diarrea y vómito, según Villatoro.
“Este virus tiene cuatro tipos de presentación: gastrointestinal, cutánea, respiratoria y nerviosa. Generalmente se desarrollan primero los vómitos en exceso”, amplió. Orejas también padeció de hectoparásitos (garrapatas y piojos).
El Albergue Municipal encontró un hogar para la paciente, pero fue temporal. El 1 de abril la familia la devolvió a la Unidad de Bienestar Animal. Dos días después, una pareja en Villas del Milagro, Mixco, acogió a la cachorra.

La cachorra sobrevivió a las enfermedades originadas por mal cuidado. Foto: Jorge García
¡Peluche quería vivir!
El 24 de marzo el equipo de Jorge García decomisó a Peluche, una perrita de alrededor de dos meses que presentó parásitos que se la estaban comiendo por dentro como consecuencia del mal cuidado que recibió en El Guarda.
La cachorra tenía giardia, una enfermedad cosmopolita; es decir, que afecta tanto a animales como a humanos y por eso es de importancia zoonótica, según Villatoro. Esta se contrae por vía oral a través del agua, principalmente la que reposa en el pasto o tierra porque los parásitos se acumulan.
Antes del tiempo adecuado, los vendedores alejaron a Peluche de su madre, por lo que perdió defensas. “Cuando los cachorros son separados sufren un estrés post separación (…) que genera una baja de defensas y el virus prolifera”, explicó la veterinaria.
Al ver la foto de la paciente, Villatoro expresó que el pelaje de Peluche estaba sucio y tenía secreción nasal, por lo que no solo tenía parásitos, sino también pulgas.

La veterinaria de la UBA estuvo a cargo de este caso. Foto: UBA
Tras pocos días de su rescate, el 31 de marzo García señaló “¡Peluche quería vivir! Pero su situación no era buena, no quería comer y los resultados de los exámenes manifestaron una terrible enfermedad viral. (…) Empeoró y tuvo ataques”. Entonces, la Unidad de Veterinaria del Albergue Municipal le aplicó eutanasia a la cachorra.
La anorexia en caninos
El tercer y último caso es el de Lucecita, una hembra de aproximadamente dos meses, rescatada el 24 de marzo. La Dra. De la Unidad Veterinaria del Albergue Municipal, Madeleinne Reyes, indicó que la paciente tuvo desnutrición crónica y anorexia; condición corporal dos y deshidratación de décimo grado.

Foto: UBA
La paciente también presentó letargo, una enfermedad que, de acuerdo con Maricruz Villatoro, consiste en un constante estado de cansancio y pérdida de fortaleza. Esto le impide tener estímulos y provoca pérdida de apetito prolongada y rechazo a los alimentos, lo que se conoce como anorexia.
“Muchas veces no es que no tengan hambre, sino que hay una enfermedad que le impide comer”, expresó Villatoro. Lucecita también tuvo diarrea, lo que le generó la deshidratación; esto se debe al parvovirus, un parásito que debilita a los cachorros.
El Albergue Municipal no pudo resguardar a la hembra porque los virus que tenía ponían en riesgo a la demás población canina. Entonces la medicaron y llevaron a un hogar temporal con una familia. Sin embargo, en la madrugada falleció.
Proceso para denunciar maltrato animal
Para evitar que la comunidad canina sea violentada, debe denunciarse el maltrato animal en la Unidad de Bienestar Animal (UBA) del MAGA. Los pasos son:
Llenar el formulario de denuncia
Adjuntar evidencias que sustenten la denuncia: fotos, videos, audios o documentos
Esperar una notificación del resultado
Hasta septiembre de 2021, la UBA reportó 201 quejas por maltrato animal, de las cuales 20 fueron resueltas. La primera sentencia se emitió a favor de Luna, cuyo agresor debió pagar Q30 mil 981.24 por haber violado la Ley del Bienestar Animal.
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