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La coacción como herramienta del poder

Por Marlen Mis y Yolanda Tórtola


“Un usurpador que ha sumido a la Usac en una crisis sin precedentes”, esas fueron las palabras del diputado de la bancada Semilla, Samuel García, recientemente en una reunión de jefes de bloque donde se discutía el presupuesto para el 2023; y donde se encontraba el autoproclamado rector, Walter Mazariegos.


Sin embargo, ¿qué llevó al diputado García a referirse así de Mazariegos? Y es que para ello no nos remontamos a hace un año, sino que a 1998, dos años después de la firma de paz entre las guerrillas y el Gobierno; luego de un conflicto interno de 36 años, y el inicio del fin de la Asociación de Estudiantes Universitarios Oliverio Castañeda de León (AEU).


La cooptación de la voz del estudiante

En ese año, Efraín Medina Guerra fue electo como rector de dicha casa de estudios. Esta candidatura fue apoyada por Jorge Mario García, mejor conocido como Gillian, y ese fue el inicio de la cooptación de la AEU.


Otros actores que controlaron dicha agrupación estudiantil fueron los miembros del Comité de Huelga de la Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media (EFPEM), cuyos miembros son nombrados como “los gatos”, apodo que remonta al líder de ese entonces, Byron Losley.


Un asesinato, el origen del poder de Mazariegos

Diez años después, en 2008, surgieron las elecciones para decano de Humanidades de la Universidad San Carlos de Guatemala (Usac). Hubo dos personajes en contienda: Walter Mazariegos y Mario Calderón.


Calderón fue reelecto por tercera vez como decano de la Facultad de Humanidades. Sin embargo, el martes 15 de julio de ese año, fue asesinado cuando se dirigía a su hogar; el crimen ocurrió en plena calle; una persona le disparó a quemarropa. En su lugar quedó Walter Mazariegos, quien formó una alianza con Gillian.



Las y los estudiantes demostrando su descontento ante Walter Mazariegos, impuesto rector de la Usac.


Un rector privado de libertad

En 2021, Murphy Paiz, rector de ese entonces de la Usac, fue detenido por el caso Comisiones Paralelas. Este era como una estructura que organizaba y definía a los aspirantes a magistrados de salas de apelaciones y Corte Suprema de Justicia. Por lo que, Paiz redacta su renuncia a su cargo en la cárcel y entra un rector transitorio: Pablo Oliva. En ese preciso momento se comienza a gestar el fraude actual. En primer lugar, se debió entrar a elecciones ese mismo año y en una sesión del Consejo Superior Universitario deciden elegir los cuerpos electorales hasta el 2022, junto con la elección a rector. En este año continúan las inconsistencias; en el caso de la Facultado de Agronomía, dejaron afuera los cuerpos electorales de estudiantes y docentes.


Seis planillas disputaron el puesto de líder de la máxima casa de estudios del país: Avante, quien propuso a Carlos Valladares; Identidad Sancarlista, cuyo candidato fue Luis Suárez; S.O.S. Usac, que presentó a Jordán Rodas, Gladys Bailey y Raúl Molina como aspirantes; Nueva Usac, al mando de Erwin Calgua; Integración, liderada por María Paz e Innova, de Mazariegos.

Para el 30 de marzo S.O.S. Usac e Innova iban empatados con nueve cuerpos electorales a favor de cada uno. Al final, Innova llevaba 13 cuerpos a su favor y S.O.S. 10. Sin embargo, siete cuerpos fueron desacreditados: cuatro de S.O.S. y tres de Avante, porque hubo “errores” en el proceso (según el CSU).


La primera toma y el rol de la PNC

Pese a lo anterior, el Consejo Superior Universitario convocó el 27 de abril a elecciones en el Museo de la Usac. Sin embargo, estudiantes lo tomaron para evitarlo; esta fue la primera toma. Ante ello, el 14 de mayo el Consejo volvió a convocar las votaciones en el Parque de la Industria.


Decenas de estudiantes y demás población acudieron a manifestar en contra del hecho, ya que a los electores de oposición no se les permitió el ingreso; por lo que solo entraron simpatizantes de Mazariegos y por ello ganó por presunta unanimidad. Asimismo, la Policía Nacional Civil (PNC) lanzó gas lacrimógeno contra quienes se encontraban protestando en el lugar.


Después de estos sucesos la respuesta de los y las estudiantes de la Usac fue tomar más centros de la universidad, proclamarse en paro de actividades, y realizar marchas en contra del fraude, pero hay algunas excepciones. Entre ellas, la Facultad de Humanidades que continúan impartiendo clases, y la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, cuyo decano les dijo a sus alumnos que lo que pasó “no debe de afectarles”.


Los estudiantes ya han perdido un año por proclamarse a favor del paro, para algunos es un atraso que los perjudica, para otros es una decisión para mantener a la única universidad del país pública, puesto que Mazariegos comentó planes de privatizarla y luego lo negó.


Asimismo, los sancarlistas decidieron dejar un semestre en blanco o atrasarse por ciertas clases puesto que los docentes no están a favor del paro y consideran el movimiento como un chiste. La única via es continuar hasta lograr el objetivo: sacar a Mazariegos y a su grupo que quieren obtener el control total de esta institución porque saben el poder que esta tiene.


Por último, los y las sancarlistas le deben una memoria histórica estudiantil a todos los compañeros que murieron por defender la verdad y la justicia, por defender a la denominada universidad del pueblo.




Los y las estudiantes declararon non grato a Pablo Oliva, ex rector en funciones de la Usac.

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